Construyamos otro oráculo de Delfos, al pie del monte Parnaso y rodeado de musas, un templo en el que la poesía nos susurre respuestas para que sigamos urdiendo el enigmático tapiz de nuestras vidas.
En la puerta del oráculo, decía:
- Conócete a ti mismo...
Y, más adelante, al cruzarla:
- ...y conocerás a Dios.
No hay comentarios:
Publicar un comentario